La mayor parte de los templos tenía escuelas en su recinto, no sólo escuelas donde los niños egipcios aprendían a leer y escribir, sino escuelas de aprendizaje donde se formaban los dibujantes, los grabadores, los escultores, que emplearían su talento en glorificar al Faraón y a sus dioses. También tenían una biblioteca, donde se conservaban los archivos del templo y los textos de toda clase redactados por un ejército de escribas, y también las obras de moral y de literatura que podían necesitar los escolares, y obras técnicas. El rey Neferhotep desea consultar los libros de Tum. Los cortesanos le dicen: "Entre Tu Majestad en las bibliotecas y que Tu Majestad pueda ver todas las palabras sagradas." El rey halla en efecto el libro de la casa de Osiris Khentiamentiu, señor de Abidos.45 Ciertos templos poseían además establecimientos más ambiciosos que se llamaban la casa de vida.46El rey Ramsés IV era —nos dice— un asiduo de la casa de vida de Abidos. Compulsando los Anales de Thot que en ella se hallaban pudo aprender que "Osiris es el más misterioso de los dioses. Es la luna. Es el Nilo. Es el que reina en el otro mundo. Todas las noches, el dios del sol desciende hacia él y forma el alma unida que gobierna al mundo y Thot anota sus órdenes." Compulsando esos anales, que conocía como si los hubiese hecho él mismo, se dio cuenta de la variedad de las materias que se trataban y de los informes que se podían recoger. Como deseaba para él un sarcófago de piedra de bejen del valle de Rohanu, en los anales encontró los relatos de las expediciones anteriores que habían traído, para la plaza
de la Verdad y para el templo, tantos sarcófagos y tantas estatuas. Cuando designó a los príncipes, militares y altos funcionarios que componían el estado mayor de su expedición, se cuidó muy bien de olvidar un escriba de la casa de vida como agregado. El Ramsés que recibió al embajador del príncipe de Bakhtan creyó que debía, antes de dar su respuesta, consultar a los escribas de la casa de vida. En tiempos de Ptolomeo Filadelfo descubrieron un nuevo carnero sagrado. Los mendesianos enviaron al rey una petición pidiendo que lo sometieran al examen de los escribas de la casa de vida. El decreto de Canopo nos entera de que esos escribas se ocupaban de astronomía. También se ocupaban de política. Así, dos escribas de la casa de vida entraron en la conspiración contra Ramsés III. De esos testimonios y de algunos otros, puede llegarse a la conclusión de que la casa de vida era una reunión de sabios, de teólogos y de eruditos. En ella se conservaban las tradiciones religiosas. Se redactaban las anales de los reyes y de los templos. Se registraban los descubrimientos científicos y los progresos técnicos. Se inventó la criptografía. Verosímilmente, en esas casas nacían esos progresos y esos descubrimientos.
El templo se nos presenta ahora como el centro de la vida egipcia. Ante todo es la casa del dios, es donde se le rinde el culto que merecen sus bendiciones. Es también un centro económico e intelectual. El clero ha creado en él talleres y depósitos, escuelas, una biblioteca. En el templo, y sólo en el templo, es donde podía tenerse la suerte que tuvo Platón de encontrar sabios y filósofos. En el templo, por último, es donde nacieron y se desarrollaron las representaciones cuyos temas los proveían las leyendas y que entre los egipcios sirvieron de drama y de comedia.
Pierre Montet
La vida cotidiana en Egipto en tiempos de los Ramsés